Hace algunos años que yendo a Huelva desde Sevilla en tren, me sorprendieron las murallas rojizas de Niebla sobre el vinoso Río Tinto. Sabía de la importancia de esta ciudad andalusí, pero me prometí volver para recorrer su cerca y principales vestigios de manera sosegada. Así lo hice en estos días de Noviembre coincidiendo con el municipio en fiestas y con una feria franca medieval.
El
asentamiento de Niebla se remonta a la época romana en la que el municipio
(Ilípula) llegó a acuñar su propia moneda y del que aparecieron testimonios
arqueológicos junto a la Puerta de Sevilla así como sillares reaprovechados en
la cimentación y el refuerzo de las torres de la muralla. Fue también llamada Elepla
por los visigodos en cuyas principales iglesias se documentan materiales
arquitectónicos de posibles basílicas.
Pero no es sino entre los siglos VIII y XIII cuando se convirtió en capital de una importante cora, (كورة) que según al-Udri tenía "terrenos llanos, magníficas pieles teñidas de rojo con un curtido especial y toda clase de productos en sus tierras de labor", destacando especialmente las uvas. Sin duda Niebla desde antaño había sido una población agroganadera, centro manufacturero y núcleo comercial bien comunicado por su privilegiada conexión entre la campiña y el mar.
Pero no es sino entre los siglos VIII y XIII cuando se convirtió en capital de una importante cora, (كورة) que según al-Udri tenía "terrenos llanos, magníficas pieles teñidas de rojo con un curtido especial y toda clase de productos en sus tierras de labor", destacando especialmente las uvas. Sin duda Niebla desde antaño había sido una población agroganadera, centro manufacturero y núcleo comercial bien comunicado por su privilegiada conexión entre la campiña y el mar.
Murallas de Niebla |
Llamada
por los geógrafos andalusíes
Libla al-Hamra ( لبلة الحمراء) sufrió el ataque de los piratas vikingos que
desde Lisboa embarcaron en la isla de Saltés y Huelva cometiendo devastadoras
expediciones.
Durante la época omeya vio nacer a personajes destacados del mundo de las letras y las ciencias como los antepasados de Ibn Hazm y el geógrafo al-Bakri.
Durante la época omeya vio nacer a personajes destacados del mundo de las letras y las ciencias como los antepasados de Ibn Hazm y el geógrafo al-Bakri.
Probablemente construida durante la etapa emiral y levantada sobre restos de una basílica visigoda, Niebla conserva los vestigios de su mezquita aljama, luego convertida en Iglesia de Santa María de la Granada, recordando así a la de Almonaster por la reutilización de materiales. De esta primera mezquita el alminar, embutido en la torre de la actual iglesia y fechado entre finales del siglo IX y comienzos del X, mantiene la escalera circular. Esta tipología de escaleras de caracol en torno a un machón central la vemos en los alminares de S. Juan y Santiago de Córdoba antes de que el califal de la aljama cordobesa supusiera una revolución al emplear escaleras rectilíneas y servir de precedente al resto de los oratorios andalusíes.
Alminar de la mezquita aljama de Niebla. Iglesia de Sta Mº de la Granada. |
Absorbida por la taifa sevillana a finales del siglo XI, Niebla formó luego parte del dominio almorávide, corto período en el que se fechan las murallas probablemente hacia 1125 y 1139 cuando en al-Andalus se implanta el tatib, impuesto para la reconstrucción de las mismas. Situado en un promontorio, el recinto adopta forma elíptica con una ligera pendiente hasta quebrarse bruscamente al llegar a un meandro del Río Tinto. Se dice que es el mejor conservado de al-Andalus por su integridad al mantener en muy buen estado sus lienzos y la mayor parte de las puertas. Adaptada a la topografía del terreno, la cerca tiene unos 2 kilómetros de perímetro no disponiendo de barbacana ni torres albarranas, siendo el propio río Tinto el que sirve de defensa natural por el Sur.
Al
divisar las murallas de Niebla, me venían a la mente tramos de las medinas de
Fez, Marrakech e incluso Sevilla, por la técnica del tapial. Y no es de extrañar
ya que no era ajena al tráfico de confluencias e influencias con el
Mediterráneo.
Las torres cuadradas macizas a ras del adarve de la muralla y su
secuenciación me recordaban también a Madinat al-Zahra o e incluso a las de la
medina cordobesa. Edificadas en tapial rojo se aprecian refuerzos de sillería
en las esquinas y algunas hiladas de ladrillo. Las torres octogonales en
vértices también están presentes en los recintos de Jerez o Cáceres. Pero
indudablemente lo más sorprendente del recinto es el magnífico estado de las
puertas con sus bovedas, gorroneras
y la decoración de los arquillos ciegos en la Puerta del Buey o la de
Sevilla. Flanqueadas por dos torres, sus accesos son arcos de herradura con
entradas en recodo. Se conservan cinco, destacando la del Buey y
Sevilla por su semejanza y la del Socorro por la que accedió Alfonso X.
Por un momento también quise también ver en ellas las puertas del ribat de Monastir, (Túnez) edificado en los siglos XI y XII.
Por un momento también quise también ver en ellas las puertas del ribat de Monastir, (Túnez) edificado en los siglos XI y XII.
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Puerta principal. Ribat de Monastir. Túnez |
Como
hemos venido comentando, aparte de la muralla, la mezquita aljama se
transformó en el siglo XII en un oratorio de cinco naves del que pervive un
mihrab de planta pentagonal y un patio del que pueden verse algunas de las
arquerías relacionadas con saqa'if o altillos femeninos para seguir la oración. Su superficie
similar a la aljama de Badajoz y superior a la de Almonaster, pudo albergar a unos cuatrocientos-quinientos fieles.
Arquerías en el patio de la mezquita aljama. Iglesia de Sta Mª de la Granada. |
Arco polilobulado apuntado de acceso al antiguo oratorio de la mezquita aljama de Niebla. |
No menos
interesante es la Iglesia de S. Martín, una mezquita menor, que con la
conquista cristiana, Alfonso X la cedió a la comunidad judía para utilizarla
como sinagoga.
Su estado quasi arqueológico resulta llamativo al estar en pie sólo la portada mudéjar, la torre, las espadañas y la cabecera ya que las naves fueron destruidas en el año 1922 para poder facilitar el tráfico rodado. El monumental ábside central irrumpe majestuoso con dos tramos de bóveda de crucería al que se anexionan dos capillas cuya orientación posee connotaciones almohades.
Su estado quasi arqueológico resulta llamativo al estar en pie sólo la portada mudéjar, la torre, las espadañas y la cabecera ya que las naves fueron destruidas en el año 1922 para poder facilitar el tráfico rodado. El monumental ábside central irrumpe majestuoso con dos tramos de bóveda de crucería al que se anexionan dos capillas cuya orientación posee connotaciones almohades.
Restos de la Iglesia de S. Martín. Antigua mezquita de arrabal y posterior sinagoga. |
La
prosperidad andalusí de Niebla prosiguió hasta más allá de la época almohade,
ya que supo incluso convertirse en capital de una taifa independiente entre los
años 1234 y 1262, como último baluarte de occidente de la península, extendido
desde la desembocadura del Guadalquivir al Cabo de S. Vicente y Sierra Morena.
A Alfonso X el Sabio le interesaba mantener con Niebla relaciones de vasallaje no sólo como freno a la expansión del reino de Portugal sino como modo de obtención de tributos.
A Alfonso X el Sabio le interesaba mantener con Niebla relaciones de vasallaje no sólo como freno a la expansión del reino de Portugal sino como modo de obtención de tributos.
Pero
finalmente el Rey Sabio decidió asfixiar a la población hasta al último momento
al participar incluso él mismo en su asedio y rendición en el año 1262. Aunque no hay constancia documental, probablemente sería una de las primeras veces que se utilizaría la pólvora y también la primera victoria de
expansión territorial en el Oeste del monarca cristiano.
El alcázar andalusí acabó siendo entregado un siglo después
al los Guzmanes quienes lo repararon y construyeron en parte la mayor parte de
las dependencias trayendo a alarifes mudéjares. Una comunidad que
engrosó una aljama ya preexistente en el siglo XIV lo que implica que no todos
los musulmanes tal vez no fueran expulsados con el proceso de conquista como en
el resto de las ciudades andaluzas y cuyas relaciones con los conquistadores se
regularían a través de unas ordenanzas.
Fuera ya de este contexto, cierro este post con un dulce
sabor del Algarve probado en Niebla. Una delicia de orígen andalusí que me vendió un
pastelero portugués de Portimao. Aunque la llamaba "leite frito" (leche frita), su
aspecto y receta se asemeja a las almojábanas.
Al Turtusi señala que durante el
Jueves Santo los musulmanes andalusíes tenían por costumbre comprar buñuelos y
almojábanas, dulces de sartén que hacían los cristianos. Las almojábanas eran
unas tortas con masa con harina, queso, huevo y azúcar. Ya el propio
término جبن Yubn (queso) las traduce como quesadas o quesadillas. Los tratados gastronómicos reconocían
las de Jerez, de las que no quedan hoy ni rastro aunque he aquí una imagen de las
de Ogíjares en la Vega de Granada que gozan de bastante popularidad.
Referencias bibliográficas
ARJONA CASTRO, A. “Nuevas aportaciones al estudio de las coras y toponimia de Al-Andalus". Boletín de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, Año LIII, enero-junio 1983, n.104, 1983
CAMPOS CARRASCO,J, GÓMEZ TOSCANO, RODRIGO CÁMARA, J. Arqueología
urbana en el conjunto histórico de Niebla (Huelva): Carta del riesgo.
Sevilla: Consejería de Cultura, 1997.
CAMPOS CARRASCO, J; RODRIGO CÁMARA, J; VIDAL TERUEL, N. "El
urbanismo de Niebla desde la protohistoria hasta el mundo moderno". Huelva
en su Historia, N.9, 2002
ROLDÁN CASTRO, F. Niebla musulmana : siglos VII-XIII.
Huelva: Diputación Provincial, 1993.
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