Debdou se sitúa al borde de una ruta poco conocida
de la provincia de Taourirt en la Región Oriental de Marruecos. Su denominación
en lengua amazigh “embudo” alude a la peculiaridad de su morfología escarpada
entre las montañas y la meseta del Antiatlas. Se extiende entre colinas que
alcanzan 1650 metros, al este del río
Moulouya y a unos 160 kms de Oujda.
Encrucijada entre Argelia y Marruecos en
las rutas que enlazaban Taza, Fez, Tlemcén benefició la actividad comercial de
las familias judías, que convivieron con las autóctonas amazighs hasta tal
punto que su asimilación las hizo prácticamente indistinguibles sólo
diferenciable por los rasgos de su vestimenta.
Entre los años 1883-1885, el padre Charles de Foucauld visitó Debdou como parada
en su viaje a Marruecos para el que aprendió árabe, hebreo penetrando en
círculos exclusivos disfrazado de rabino. En las memorias describe sus casas
rosadas al fondo de un vasto valle donde se extendían praderas así como hectáreas
de viñedos, olivares, higueras, granados y melocotoneros. Un paisaje familiar
con el que pudieron encontrarse los judíos expulsados de Andalucía y Castilla,
rabinos y hombres de letras que encontraron refugio en este enclave tan característico.
En
1391 y a causa del pogrom de Andalucía,
llegaron a Debdou un número importante de familias judías. El antisemitismo pergeñado desde los púlpitos
por Ferrant Martínez, arcediano de Écija, en una animadversión consolidada por
los privilegios que habían mantenido los judíos desde tiempos de la conquista cristiana,
encontraron en las juderías andaluzas una fuente principal de adeptos. Las
candorosas prédicas y soflamas del canónigo, supusieron incluso un primer
reprendimiento del rey Juan I hasta ser condenado al destierro por el arzobispo
de Sevilla.
A
la muerte del prelado, Ferrant satisfizo
sed de venganza con un terrible asalto acontecido durante los primeros días de 1391.
Una vez que las casas de los judíos de Sevilla fueron incendiadas y saqueadas,
sus autores unieron fuerzas hasta devastar las de otras aljamas. La diáspora les condujo a ciudades castellanas y al
Magreb y en Debdou hallaron un hogar donde empezar de nuevo.
Una antigua tradición oral sostiene que los
judíos de Debdou procedían de Sevilla y Murcia. Simon Levy, fundador del
museo de judaísmo marroquí de Casablanca refiere que los clanes de
judíos dominantes o “sebiyanos” fueron Los Cohen Skalli o Scali o los Marsiano o
Morsinao (probablemente derivado del gentilicio “murciano”). A estos primeros
sefardíes se atribuye la denominación de la fuente principal del pueblo, Ain Ishbiliya o fuente de Sevilla.
'Ayn Ishbiliya o Fuente de Sevilla. Debdou |
Hay quien cree que sus aguas poseen propiedades milagrosas y se cuenta que cuando un día rezaba el rabino
sefardí David Hacohen, junto a él, brotó dicho manantial. Luego, en sus alrededores
se expandió la mellah o judería de la ciudad que alcanzó gran relevancia por el alto nivel intelectual
y de estudios talmúdicos de sus habitantes.
Catorce sinagogas
constataban pues, la fuerte presencia judía siendo hasta el principios del
siglo XX, más de la mitad de la población. Dos de ellas siguen en pie y
reciben a antiguos residentes que aprovechan para rezar y honrar la memoria de sus antepasados con la visita a los dos cementerios.
Durante el protectorado francés, Debdou llegó a considerarse un crisol étnico y religioso por la diversidad de sus habitantes de origen árabe, bereber, argelino, sefardíes, franceses y judíos marroquíes. Llegó a albergar un tribunal rabínico, una yeshivá, centro de estudios de la Torah y del Talmud, atrayendo a numerosos estudiantes.
Durante el protectorado francés, Debdou llegó a considerarse un crisol étnico y religioso por la diversidad de sus habitantes de origen árabe, bereber, argelino, sefardíes, franceses y judíos marroquíes. Llegó a albergar un tribunal rabínico, una yeshivá, centro de estudios de la Torah y del Talmud, atrayendo a numerosos estudiantes.
Cementerio judío. Debdou. |
Dos familias de origen sefardí,
los Cohen Skalli y los Marsiano dominaron la ciudad, pudiéndose
constatar a través de los registros del cementerio judío que sus sucesores engrosaron
la mayor parte de la comunidad. Una de las especialidades artesanales de los
judíos de Debdou fue la confección de
rollos de la ley por los "sofer" o escribanos, muy apreciados por su caligrafía
en todo el reino y por la calidad de los pergaminos utilizados.
Debdou se convirtió así en lugar de convergencia y simbiosis entre musulmanes y judíos al compartir lugares de culto a través de santos como Sidi Youssef El Hadj y Sidi Bouknadil ambos venerados en la judería o mellah y conocidos por evitar la esterilidad y curar las enfermedades mentales. Junto a ellos figuran rabinos, jueces y cabalistas de origen sefardí como David Hacoen Scali, Aharon Hacoen Sabban o Yoseef Benoughraba.
Debdou se convirtió así en lugar de convergencia y simbiosis entre musulmanes y judíos al compartir lugares de culto a través de santos como Sidi Youssef El Hadj y Sidi Bouknadil ambos venerados en la judería o mellah y conocidos por evitar la esterilidad y curar las enfermedades mentales. Junto a ellos figuran rabinos, jueces y cabalistas de origen sefardí como David Hacoen Scali, Aharon Hacoen Sabban o Yoseef Benoughraba.
Judías de Debdou a principios del siglo XX. |
El proceso de
santificación conllevaba el reconocimiento de una vida virtuosa, ascética,
una conducta ejemplar así como poder sobrenatural de hacer milagros
postmorten como la curación de las enfermedades y la revelación en
sueños que predecían catástrofes.
Conviene recordar que el culto a los santos y santuarios es una práctica mediterránea preislámica que remonta sus raíces en la Edad Antigua.
Aún así puede decirse que por lo que respecta a las peregrinaciones judías, aproximadamente más de cinco mil judíos van cada año a Marruecos para venerar a santos de sus antepasados.
Por otro lado, conocemos las genealogías de los judíos de Debdou gracias a una monografía de E.Marciano, probablemente la más completa hasta la fecha ya que reúne a varios apellidos en torno a cuatro familias: Scali Cohen, Bensoussan, Marciano y Benhamou a través de tablas y otros gráficos.
Isaac Cohen, un descendiente de la familia sefardí Cohen, de origen sevillano nos cuenta que en 1953 su abuelo abandonó la ciudad rumbo a Israel. Su padre tenía una tienda de comestibles en la que vendía té, ocupándose de su transporte de cajas de madera en camión.
Uno de los recuerdos más vivos de su infancia en Debdou era la preparación de galletas del Pessah, la Pascua Judía.
Un mes antes de dicha celebración, las mujeres se reunían sentándose en círculo, hacían la masa de harina con agua y les daban forma circular de unos diez centímetros de diámetro. Luego las dejaban en una tabla para ser llevada al horno que había al lado de la sinagoga Slat Lqohana. A través de este trabajo comunitario, diariamente se preparaban de unas ciento cincuenta o doscientas unidades para cada familia que después se guardaban en cajas de cartón hasta hacerse llegar a cada hogar.
Otro recuerdo que Isaac guarda de su infancia
era el inigualable sabor del cordero, el cus-cús a la trufa y los garbanzos que
acompañaban a los huevos, pollo y tayine. Cuando Isaac creció se trasladó a
Oujda y Casablanca pero dejó de regresar a Debdou, localidad que sigue
habitando en su subconsciente como también imaginariamente la ciudad de Sevilla.
Debdou queda pues fosilizado en la memoria de sus judíos que añoran su infancia y que forjaron un sincretismo cultural basado en la tolerancia y el encuentro.
Santones venerados por ambas religiones, sinagogas visitadas por todos los vecinos, actividades comerciales compartidas y una camaradería permanente entre los niños musulmanes y judíos que se refugiaban en casas de unos y de otros para evitar cachetadas por sus diablurías.
Un universo de retorno y de nostalgia ya que en los años sesenta y setenta los judíos de Debdou acabaron emigrando a Oujda, Melilla Fez, Casablanca e Israel quedando en los ochenta unas cinco o seis familias hasta desaparecer definitivamente. Pero siempre que persista el "zakar", la memoria tendrá en Debdou parada obligatoria que nunca se esfumará.
Conviene recordar que el culto a los santos y santuarios es una práctica mediterránea preislámica que remonta sus raíces en la Edad Antigua.
Aún así puede decirse que por lo que respecta a las peregrinaciones judías, aproximadamente más de cinco mil judíos van cada año a Marruecos para venerar a santos de sus antepasados.
Por otro lado, conocemos las genealogías de los judíos de Debdou gracias a una monografía de E.Marciano, probablemente la más completa hasta la fecha ya que reúne a varios apellidos en torno a cuatro familias: Scali Cohen, Bensoussan, Marciano y Benhamou a través de tablas y otros gráficos.
Isaac Cohen, un descendiente de la familia sefardí Cohen, de origen sevillano nos cuenta que en 1953 su abuelo abandonó la ciudad rumbo a Israel. Su padre tenía una tienda de comestibles en la que vendía té, ocupándose de su transporte de cajas de madera en camión.
Uno de los recuerdos más vivos de su infancia en Debdou era la preparación de galletas del Pessah, la Pascua Judía.
Un mes antes de dicha celebración, las mujeres se reunían sentándose en círculo, hacían la masa de harina con agua y les daban forma circular de unos diez centímetros de diámetro. Luego las dejaban en una tabla para ser llevada al horno que había al lado de la sinagoga Slat Lqohana. A través de este trabajo comunitario, diariamente se preparaban de unas ciento cincuenta o doscientas unidades para cada familia que después se guardaban en cajas de cartón hasta hacerse llegar a cada hogar.
Niños en una calle de Debdou a principios del siglo XX. |
Debdou queda pues fosilizado en la memoria de sus judíos que añoran su infancia y que forjaron un sincretismo cultural basado en la tolerancia y el encuentro.
Santones venerados por ambas religiones, sinagogas visitadas por todos los vecinos, actividades comerciales compartidas y una camaradería permanente entre los niños musulmanes y judíos que se refugiaban en casas de unos y de otros para evitar cachetadas por sus diablurías.
Un universo de retorno y de nostalgia ya que en los años sesenta y setenta los judíos de Debdou acabaron emigrando a Oujda, Melilla Fez, Casablanca e Israel quedando en los ochenta unas cinco o seis familias hasta desaparecer definitivamente. Pero siempre que persista el "zakar", la memoria tendrá en Debdou parada obligatoria que nunca se esfumará.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. FOUCAULD C. Viaje a Marruecos 1883-1884. José de Olañeta.1998. MARCIANO, E. Une nouvelle Séville en Afrique du Nord:Histoire et généalogie des juifs de Debdou (Maroc). Éditions Élysée (Québec) Canada. 2000. Mémoires juives de l'Oriental marocain.Agence de l'Oriental-La Croisée des chemins.
Al
señor M.Mbarki por revelarme la pequeña Sevilla y por su contribución al
desarrollo cultural de la Región Oriental de Marruecos.
©Virginia Luque Gallegos. Todos los derechos reservados. Citar el blog si se toma como referencia. Fotografías.http://debdou.fr/