La arqueóloga-museóloga Renée
Sivan, dice en uno de sus estudios que el reto de los gestores del patrimonio
consiste en hacer que las “piedras hablen”. Y evidentemente en Tarragona no
hablan sino brotan vivencias de ellas a través de "Tarraco Viva".
Aunque “Tarraco Viva” se define
como un festival de la cultura romana, dicha palabra le queda corta, ya que no
es ni es un parque temático, ni un espectáculo mediático, ni ningún desfile de
personajes ataviados. Es una magnífica experiencia de conocimiento y
aprendizaje, a través de demostraciones, conferencias, “living history”,
proyección de documentales, actividades educativas infantiles, visitas guiadas,
recitales, textos escenificados, degustaciones, lecturas dramatizadas y
conciertos relacionados con la antigua Roma. Un verdadero banquete cultural romano
para aquellos ávidos de antigüedad.
Desgraciadamente en España,
ciertos sectores académicos y algunos profesionales ultraortodoxos de la
conservación del patrimonio tienden a introducir dichas definiciones en el mismo
saco. Y lo hacen confundiendo los términos “living history”, con dramatización
libre, animaciones, o representaciones teatrales puntuales. De hecho dicha
confusión, fruto del desconocimiento, siempre ha despertado susceptibilidades bajo
el dañino e intencionado paraguas crítico del falseamiento, la banalización y la
especulación histórica. Sin embargo dicho recurso anglosajón tiende a
utilizarse con normalidad en ciertos museos al aire libre de Francia y Gran
Bretaña.
Nada más lejos de la realidad, ya
que un buen “living history” puede
llegar a ser una mirada histórica en movimiento. De hecho en Tarraco Viva es un
verdadero proceso de puesta en valor del pasado, fruto del un riguroso trabajo
documental y científico de historiadores, expertos y eruditos que convierten
esta acción en un campo experimental, donde cualquier palabra, atuendo, gesto y
detalle, hasta el más mínimo, está previamente investigado y estudiado con
muchos meses y años de antelación.
Juicio de los asistentes a una lucha gladiatora en el anfiteatro de Tarraco. |
Quería conocer Tarraco, adentrarme
en los restos de uno de los mejores circos conservados en Occidente, visitar el
anfiteatro que mira al mediterráneo, así como caminar por los restos de los
foros, ver los acueductos, villas así como sus murallas, pero me hablaron del
Festival Tarraco Viva y necesitaba disfrutar de gran parte de sus actividades
en dichos espacios. O sea, conocerlos doblemente, más allá de la información
estrictamente arqueológica. Pero en tres días no da tiempo a ver la totalidad
del programa de dos semanas, a pesar del frenético e imposible deseo de estar a
la vez en varios enclaves.
El Campo de Marte, el circo, las murallas y el anfiteatro
fueron los espacios que pude escoger para descubrir “Munera Gladiatora”, “Las
legiones romanas” “Pompa triumphalis”, “Seqvereme”, “Fabio Demetrio” o “Livia Drusila”.
Puede decirse que en el anfiteatro, the “living history” se
convertía en demostración.
Un grupo de grandes especialistas,
(Ars dimicandi) explicaban el armamento y las técnicas de combate de los gladiadores romanos, aportando
una visión rigurosa y científica, muy alejada de la que nos ha dado el cine.
Mientras tanto, el graderío aprendía a enjuiciar los combates concediendo la
vida o la muerte al derrotado con los verdaderos gestos, agitando puño, o
llevando la palma hacia delante.
Mi sorpresa vino al día siguiente cuando cobraron vida algunos de los relieves del Arco de Tito en la "Pompa Triumphalis. Durante casi una hora, el cortejo
dio dos vueltas por el campo de Marte a la par que se iba describiendo a los
personajes, animales y objetos que participaban en el mismo, desde el senado,
lictores, legionarios, hasta los encargados del sacrificio de los bueyes, y
músicos.
Legionarios en el Campo de Marte. |
“Seqvereme” supuso un paseo por la vida nocturna de los prostíbulos
romanos. Los espectadores caminábamos por las galerías anulares del circo adentrándonos
en diferentes estampas vivas con un realismo conmovedor. Se visitaba una
caupona, así como los lugurios donde se conocía el precio, servicios prestados
y las diferentes clases de hombres y mujeres que ejercían el oficio más antiguo
de la humanidad. Realmente sorprendente fue la
irrupción de las “puellae gaditanae”, bailando sensualmente los sones de músicos
en el triclinium de una acomodada domus.
Cliente de una caupona en "Seqvereme" |
“Fabio Demetrio”, igual que "Seqvereme" también puede considerarse
“living history”. Los asistentes, nos convertíamos en alumnos de este profesor
de gramática que vivió en Tarraco, cuando narraba cómo era la difícil vida de
un esclavo al servicio de unos indolentes amos. En un bucólico rincón, bajo las
hojas de un árbol, junto al recinto amurallado, Fabio nos hablaba de las
virtudes de un buen profesor hacia el camino virtuoso de buenos hombres romanos,
tomando como referencia al pedagogo Quintiliano.
Fabio Demetrio, profesor de gramática en Tarraco |
Estas y otras actividades (más de
cuatrocientas) hacen de “Tarraco Viva” un interesante modelo de gestión pública
al servicio del conocimiento histórico, no pretenciosa, de una comercialización
turística ni publicidad mediática, ya que se recurre a la promoción directa
como modus operandi. Un referente, único en Europa que ha desafiado y debe
seguir desafiando a los embates de la crisis.
En palabras de Magi Seritjol,
director del festival "La historia nos sirve para pensar en el presente.
No es un adorno cultural. Es un elemento para reflexionar, y tener elementos de
reflexión y de crítica”
Cautivada y embriagada de ella,
regreso de Tarraco, habiendo aprendido múltiples maneras de disfrutarla. También
vuelvo con la esperanzadora lección que desde el tesón y el corazón, la razón siempre triunfa. Y Tarraco Viva es una
prueba de ello.
Este
post va dedicado a todos quienes han trabajado y siguen haciéndolo por Tarraco
Viva. Especialmente a Magí y Enric Seritjol, tarraconenses comprometidos, que
asientan triple cátedra: histórica, gestora cultural y humana. También
a quienes sin conocer “the living history”, fruto de prejuicios academicistas
infundados, siguen empañando el honor y el futuro de profesionales que
defendemos digna y seriamente la difusión del patrimonio.