Es numerosa la bibliografía existente sobre
literatura andalusí en sus diversos géneros, con un amplio compendio de
estudios específicos y traducciones de nuestros más reconocidos arabistas
españoles e hispanistas árabes (Rubiera Mata, M.J, Viguera Molins, M.J, García Gómez, E, Garulo, T, Ribera Tarragó,J Sobh, M, T, Makki, M, Cortés García, M, Cruz Hernández, Corriente
F, etc). Basten pues las siguientes líneas como pinceladas
de algunos géneros y autores cuyas obras están traducidas al castellano y
pueden encontrarse en bibliotecas para quienes deseen comenzar a adentrarse el
maravilloso universo de la literatura andalusí.
Consejos de una ávida lectora que en su primera
juventud aprovechaba el tiempo estival para nutrirse de una literatura
autóctona, producida en la península ibérica pero que por estar escrita en lengua árabe y no llevar la
etiqueta de “española” desgraciadamente no se contempla todavía en los planes de estudio ni de
primaria, secundaria ni bachillerato.
Desde tiempos de los omeyas
hasta la época nazarí, la literatura fue vehículo de expresión de una sociedad
diversa y plural como la andalusí.
Aunque el árabe clásico fue la lengua vehicular, nexo de unión entre las
distintas etnias, conviene también recordar el uso y la producción en romance,
así como el hebreo o el bereber o
incluso el dialecto andalusí, empleado no sólo por la mayor parte de la
población sino visible en algunas formas poéticas. Se cultivó desde la literatura
biográfica y geográfica, la historia, la teología hasta el género enciclopédico
o la poesía, géneros de los que mencionaremos
los autores más destacados, transcendentales
o de los que ha llegado hasta nosotros alguna parte de sus obras.
También aquellos cuyos escritos siguen siendo un clásico, un referente y una
fuente inspiradora para la literatura árabe mundial.
LITERATURA BIOGRÁFICA
Procedente de Qayrawán (Túnez) Ibn Harit al-Jushani(Aljoxami) (m.971) entró en el círculo de sabios de la corte del al-Hakam II para quien escribió su obra más conocida y conservada: “Historia de los Jueces de Córdoba” Tras al Jushani, Ibn al-Faradi (962-1013) se convirtió en uno de los cultivadores del género biográfico más relevantes del califato omeya, a través de su “Historia de los ulemas de al-Andalus”.
Procedente de Qayrawán (Túnez) Ibn Harit al-Jushani(Aljoxami) (m.971) entró en el círculo de sabios de la corte del al-Hakam II para quien escribió su obra más conocida y conservada: “Historia de los Jueces de Córdoba” Tras al Jushani, Ibn al-Faradi (962-1013) se convirtió en uno de los cultivadores del género biográfico más relevantes del califato omeya, a través de su “Historia de los ulemas de al-Andalus”.
Uno de sus mejores discípulos, el historiador Ibn
Hayyan, comentaba que no había en la ciudad, persona con tan vastísimos
conocimientos y afán por adquirir libros de todos los saberes. Precisamente en
ese sentido ya destacó en la primera mitad del siglo X Ibn Abd al-Rabbihi
que escribió “El collar único”; veinticinco volúmenes enciclopédicos que
reunían todos los conocimientos que a juicio del autor debía tener un hombre
culto de su tiempo.
HISTORIA
Ahmad ibn Razi, (m. 955) fue uno de los primeros
historiadores de los que se tiene noticia en al-Andalus durante el reinado de
Abd al-Rahman III. De su obra, “Historia de al-Andalus” proseguida por su hijo
‘Isa al-Razi sólo ha llegado hasta nosotros una pequeña introducción conocida
como la Crónica del Moro Rasís.
No será hasta los tiempos de los reinos de taifas
cuando Ibn Hayyan (988- 1076) deslumbre en este campo considerándose el
mayor historiador de la Edad Media peninsular tanto cristiana como musulmana.
Nacido en Córdoba y próximo a la corte, no sólo nos legó una historia del emirato y califato omeya conservada
parcialmente (Muqtabas) sino que relató, como
cronista la decadencia del esplendor omeya y la trágica descomposición
al-Andalus. Tiempos que relata casi en primera persona el rey zirí Abdallah
de Granada en sus memorias desde su destierro en Agmat (Marruecos).
Gran intelectual, médico, jurista, visir y
diplomático de la corte nazarí, Ibn al-Jatib (1313-1374) escribió más de
sesenta obras de diversas disciplinas como la poesía, jurisprudencia, crónicas,
farmacología o medicina. Su Historia de los Reyes de la Alhambra en la que
empleó diez años supuso el cénit de una historia documental, biográfica,
rigurosa y pormenorizada.
POESÍA
La poesía
se convirtió en la expresión primordial de la cultura andalusí, muy vinculada a
la música. Paralelamente a una poesía clásica florecieron composiciones árabes
de carácter popular como el zéjel y la muwahsaja cuyas estrofas finales
mezclaban palabras en lengua romance, transparentando el bilingüismo de
al-Andalus y en definitiva; el carácter mixto de la sociedad califal.
La caída del califato omeya
y la guerra civil produjeron la descentralización de la cultura, que se
extendió a todos los lugares de
al-Andalus. En el siglo XI, los reinos de taifas alcanzaron grandes cotas de
producción y consolidación poética prorrogadas hasta los siglos XII y XIII a
raíz de la demanda de creadores en la Península y en el Magreb.
El
cordobés Ibn Hazm
(994-1063) considerado como uno de los más importantes escritores del mundo
islámico cultivó varios géneros y sobresalió en la filosofía con su obra más
célebre: “ El collar de la paloma”, un tratado sobre la naturaleza del amor de
una intelectualidad y lirismo desconocido hasta el momento. A la altura de Averroes
y Maimónides, es el mejor exponente del cénit intelectual alcanzado en
al-Andalus durante el siglo XI. Su inagotable erudición le llevó a unas cotas
inalcanzables al dominar distintas disciplinas (historia, teología, gramática,
poesía, política, moral, metafísica) y dejar escritas más de un centenar de
obras.
Contemporáneo y amigo de
Ibn Hazm, Ibn Šhuhayd (992–1035) desde temprana edad recibió una nutrida
formación que favoreció un precoz talento hacia la poesía, género que cultivó
con la sátira y la prosa. También hizo incursión en el mundo del ilusionismo
con la redacción de un tratado único en su género, que describía trucos usados
por truhanes y magos explicando el modo
de introducir huevos en botellas o encender lámparas en el agua. La muerte del
joven Ibn Šhuhayd, conmocionó a la mayor parte de la sociedad del momento
convirtiéndose su tumba en Córdoba en lugar de culto y peregrinación de poetas
e intelectuales de todo al-Andalus. En
palabras del arabista E. García Gómez "Ibn Šhuhayd fue el
puro intelectual que, por su rango, no hizo de las letras oficio, sino
ministerio".
Arriba. Monumento dedicado en 1963 a Ibn Hazm en la Puerta de Sevilla. Córdoba. Abajo. Alegoría del Baño. Monumento con versos de Ibn Shuhayd en la Calle Cara. Córdoba. |
Pero sin duda, el icono más representativo de la poesía andalusí lo encontramos en Ibn Zaydun (1003-1071). Su vida estuvo marcada por la inestabilidad a la que se vio sometida el fin del califato y el nacimiento de los reinos de taifas. Todo un clásico por su sobresaliente obra y sus melancólicos versos hacia la princesa poetisa Wallada, sigue siendo uno de los autores de mayor transcendencia y reconocimiento en el mundo árabe. Hijo de un alto funcionario del estado omeya, su educación y abolengo propiciaron estar al servicio de las cortes de Málaga, Valencia, Badajoz y Sevilla donde acabó sus días como maestro y ministro del rey poeta al-Mut’amid de Sevilla.
Poemas eróticos, panegíricos, sátiras, elegías y moaxajas lamentan su apasionada relación con Wallada así como la descomposición de al-Andalus y la ruina de Córdoba. Versos que pronto se hicieron populares entre las gentes y que después de casi diez siglos han seguido a inspirando a numerosos autores árabes tanto en novela, poesía y teatro.
El gran rey poeta de Sevilla, al-Mut’amid (1040-1095) recogió las enseñanzas de su maestro al que pudo superar, acogiendo en su corte a otros creadores. En su destierro en Agmat (Marrakech) compuso quizás las más tristes elegías de la poesía andalusí.
Dos ediciones de la obra de Ibn Zaydun e Ibn Quzman. |
En cuanto a la poesía
popular, el cordobés Ibn Quzmán
(1086-1160) inventó el zéjel
convirtiéndose en el autor e intérprete más relevante de dicho género.
Introdujo esta forma poética que solía ser
recitada o cantada en espacios públicos o privados por un coro y un
solista acompañado de laúd, nay (flauta) aduf (pandero cuadrado).
Conocedor la lengua romance y bereber,
cantaba y dedicaba estrofas a las familias más influyentes cuyas ganancias las
despilfarraba en vino, mujeres y fiestas. Pero sobre todo trascendió por ser
quien mejor describió los placeres festivos de almunias y alquerías y otras
escenas costumbristas de al-Andalus entre los siglos XI y XII.
Ya en época almorávide
surgió en el Levante Peninsular una generación de poetas jardineros por su
vinculación a temas como la flora y al paisaje andalusí. Destacó el valenciano Ibn
al-Zaqqaq (1100-1134) y su tío Ibn Jafaya
(1058-1138) que imprimió a sus versos elegancia, sofisticación y añoranza por
su Alcira natal que consideraba la flor de al-Andalus.
Por último, Ibn al-Jatib
y su discípulo Ibn Zamrak (m. 1394) cierran la última gloria de la
poesía de al-Andalus en época nazarí. Sus versos, han quedado para la
posteridad, inscritos en las paredes de la misma Alhambra.FILOSOFÍA
En el ámbito de la filosofía, Ibn Rushd (Averroes) (1126-1198) e Ibn al-Arabi de Murcia (1165-1240) revelaron dos modelos de pensamiento que al-Andalus heredó del mundo clásico. La tradición aristotélica del primer gran maestro mediante la búsqueda de la verdad a través de la razón, frente al sufismo que el joven al-Arabi practicó y legó al Islam.
Dos obras cumbres de Ibn Rusd e Ibn al-Arabi. |
Contemporáneo de Averroes, el judío cordobés Moseh ben Maimón, Maimónides, (1138-1204) llevó a la comunidad judía a las más altas cotas de la medicina, ciencia y filosofía habiendo escrito la mayor parte de su obra en árabe y en una determinada aljamía o árabe escrito con caracteres hebreos. Tanto los tratados médicos y filosóficos de Averroes y Maimónides fueron traducidos al latín. Siglos después de su muerte el pensamiento de ambos siguió vivo, generando debates en las universidades medievales europeas hasta asentar las bases de un renacimiento que empezaba a vislumbrarse en el viejo continente.
"Guía de perplejos o descarriados" de Maimónides, quizás la más universal de dicho autor. |
“El filósofo autodidacta”crea el mito tan conocido como el del niño salvaje. En dicha obra el personaje vive en una isla desierta antecediendo en siglos a Robinson Crusoe y Tarzán de los monos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ABD
ALLAH BEN BULUGGIN. El Siglo XI en primera
persona . Las memorias de Abd Allah, ultimo Rey Zirí de Granada destronado por
los Almorávides (1090). Madrid. 1980.
AL-JUSANI. Qudat Qurtuba. Historia de los
jueces de Córdoba. Tr. J. Ribera. Granada. 1985.
IBN AL JATIB. Historia
de los Reyes de la Alhambra (al-lamha al-badriyya): Resplandor de la luna llena
acerca de la dinastia nazarí. Universidad de
Granada, 2011.
IBN
HAYYAN. Al-muqtabis II. Crónica de los emires al-hakam I y Abdarrahmán
II entre los años 796 y 847.Traducción, notas e índices por Mahmud Al Makki y
Federico Corriente. Zaragoza: Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente
Próximo. 2000.
IBN HAZM DE CÓRDOBA. El collar de la paloma.
Alianza Editorial. Madrid. 2012.
IBN
QUZMAN. Cancionero andalusí. Ediciones Hiperion. Madrid. 1989.
IBN TUFAYL. El filósofo autodidacta. S.L.Doble J.
2007. Sevilla.
IBN
ZAYDUN.Poesías.Trad. Sobh
M. Madrid: Inst.Hispano-Arabe de Cultura.1985.