De las esclavas que poseía el primer califa de Córdoba, MURYAN, destacó por ser la más ambiciosa hasta el punto que compró al resto de las concubinas e incluso a su esposa, la noche que debían pasar con Abd al-rahman III. De manera que cuando el califa se dirigió a la alcoba en dirección a su mujer, le salió al paso Muryan con el más hermoso aspecto, las más fastuosas joyas y el más penetrante perfume, diciéndole:
“ Ven a mí, hijo de los califas, pues Dios me ha hecho gracia de tu proximidad (...) He comprado el que pases conmigo esta noche con cuanto poseía, dándolo a cambio.Mal negocio ha hecho tu esposa en lo que me ha vendido sin conocerlo. Esta es la escritura que te informará de mi demanda: dame, pues lo que es mío”. Al verla se le ensombreció el rostro ( al califa ) y llenándosele el ánimo de ira contra su esposa, se calmó rápidamente al ver a Muryan. Y admirado por la nobleza de su acción en su sincero amor le dijo:
“Muryan , el deseo de tenerme cerca y la avidez de tenerme más a menudo ¿te han movido a desprenderte de semejante dineral, que yo te había dado, como precio de una noche que se te hacía tardar, pero que no podía escapársete, al estar cerca tu turno ?”Ella, le dijo: “Hijo de los califas , ¿me crees perdidosa en mi acción ? Pardiez, pardiez que si poseyera este alcázar y cuanto contiene, no me parecería precio suficiente por una hora en que te pertenezca y por un momento que tenga a solas contigo.
¿Cómo, he de pensar que es demasiado por una noche contigo esta cantidad que me había otorgado tu mano generosa?
Díjole él: “Nada puedo replicarte Muryan : para bien y enhorabuena, pues tu negocio ha sido ventajoso y tu gestión, próspera. Has demostrado nobleza de espíritu y sincero afecto; malhaya mi prima que ha ignorado lo que valgo y me ha vendido por vil precio, despreciándome: más me vales tú. Llévame a tu aposento, pues estoy en tu mano, prisionero de tu afecto.”
Y quedándose con ella, pasó la noche y alargó su estancia varios días, lo que fue la causa que lo cultivara y se apoderase de su corazón, pues le apreció el encariñamiento que le tenía, haciéndola señora de sus mujeres, grande entre sus favoritas y administradora de su alcázar, poniendo todo en sus manos y fiando de ella en lo público y en lo privado.
Y quedándose con ella, pasó la noche y alargó su estancia varios días, lo que fue la causa que lo cultivara y se apoderase de su corazón, pues le apreció el encariñamiento que le tenía, haciéndola señora de sus mujeres, grande entre sus favoritas y administradora de su alcázar, poniendo todo en sus manos y fiando de ella en lo público y en lo privado.
Del Muqtabis V.Ibn Hayyan.
Pintura.Iman Maleki.